Las fuerzas de milicias ilegítimas dirigidas por el caudillo Haftar en Libia han intensificado recientemente sus ataques indiscriminados contra civiles e infraestructuras civiles, en particular en Trípoli. Sólo el 9 de mayo de 2020, los elementos afiliados a Haftar lanzaron más de cien misiles junto con fuego de artillería pesada contra barrios civiles en el centro de la ciudad de Trípoli.

Estos ataques dirigidos contra misiones diplomáticas, incluida nuestra Embajada en Trípoli, el Aeropuerto Internacional de Mitiga, aviones civiles preparados para la partida y otras infraestructuras civiles, que provocaron víctimas y lesiones civiles, constituyen crímenes de guerra. En este contexto, volvemos a insistir en que consideraremos los elementos de Haftar como objetivos legítimos en caso de que se dirijan contra nuestras misiones e intereses diplomáticos en Libia.

Es inaceptable que las Naciones Unidas sigan inactivas ante esta atrocidad. La comunidad internacional tiene la responsabilidad colectiva de detener al golpista Haftar, quien masacra a su propio pueblo, sin hacer distinción entre los niños, las mujeres o los ancianos, durante este mes sagrado del Ramadán y el período de la pandemia.

No hay que olvidar que los países que prestan apoyo militar, financiero y político a Haftar comparten la responsabilidad de la atrocidad sufrida por el pueblo libio y el caos e inestabilidad en que se encuentra el país.

Turquía seguirá apoyando al Gobierno y las instituciones legítimas de Libia para proteger al pueblo libio amigo y hermano.