La resolución del Senado de la República Checa adoptada el 20 de mayo acerca de los sucesos de 1915 indica que la mentalidad retorcida construida sobre los discursos unilaterales sin fundamento que dañaron las relaciones de los dos países en 2017 sigue vigente en la República Checa.

La adopción por unos pocos miembros en el Senado de la resolución, en un momento durante el cual el mundo entero está luchando contra la pandemia del coronavirus, también demuestra la mentalidad insidiosa que se esconde detrás de ella.

No es posible atribuir un significado más allá de una controversia histórica a los sucesos de 1915, tal como lo declaró el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en los artículos 173 y 231 de su decisión en 2015 y tal como lo reiteró en una segunda decisión en 2017. No se pueden aceptar los intentos de definir una cuestión histórica en consonancia con la política y los intereses de ciertos círculos.

Esperamos que quienes abordan la historia de manera unilateral, tomen en consideración la comprensión de nuestro Presidente quien compartió los sufrimientos comunes en su carta enviada al Patriarca de los Armenios de Turquía el 24 de abril de 2020.

Pedimos al Parlamento de la República Checa que respete las disposiciones del Tratado de Paz de Lausana, las decisiones de los tribunales internacionales y las fuentes históricas y actuales del derecho internacional.

Esta resolución, que consideramos nula y sin efecto, no es nada más que un intento fútil de quienes tratan de reescribir la historia en aras de sus intereses políticos cotidianos.

Hemos tomado nota de la declaración del Ministro de Asuntos Exteriores, Tomáš Petříček, según la cual esta resolución no refleja la posición del Gobierno.